Primera lectura (Eclesiástico 50:1, 3-4, 6-7)
1 Simón, hijo de Onías, fue el sumo sacerdote que en su vida reparó la Casa, y en sus días fortificó el santuario.
3 En sus días fue excavado el depósito de agua, un estanque como el mar de ancho. 4 El cuidó de su pueblo para evitar su ruina y fortificó la ciudad contra el asedio. 6 Como el lucero del alba en medio de las nubes, como la luna llena, 7 como el sol que brilla sobre el Templo del Altísimo, como el arco iris que ilumina las nubes de gloria.
- Palabra del Señor.
- Gracias a Dios.
Responsorio (Sal 27,7-9,13-14 )
— Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
— Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
— Escúchame, Señor, que te llamo, ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
— Tu rostro buscaré, Señor, ne me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches.
— Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
Evangelio (Mateo 11:25-30)
— El Señor esté con vosotros.
— Y con tu espíritu.
— Proclamación del Evangelio de Jesucristo + según San Mateo.
— Gloria a Ti, Señor.
25 En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. 26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. 27 Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. 29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
— Palabra de la Salvación.
— Gloria a Ti, Señor.
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